Del sueño de dos amigos a una marca con visión internacional
Hablemos del rebranding de Blue Banana. Nació en 2016 como un proyecto vital más que empresarial. Dos amigos madrileños —Nacho Rivera y Juan Fernández-Estrada— decidieron crear una marca de ropa inspirada en su propio estilo de vida aventurero. Con apenas 3.000 € y una idea tatuada en la piel (literalmente), iniciaron lo que terminaría siendo una de las marcas D2C más reconocibles entre los jóvenes españoles.
Desde entonces, Blue Banana ha evolucionado sin perder su ADN, pero adaptándose a una nueva etapa más madura, comprometida y global. Su rebranding no se ha materializado en un cambio radical de logotipo o nombre, sino en una transformación de marca de fondo: un propósito de marca, cultura, operaciones, canal y relato.
Por qué Blue Banana decidió transformarse sin renunciar a su esencia
El rebranding Blue Banana Brand no partió de una crisis de identidad, sino de una necesidad de alineación profunda entre lo que la marca era, lo que decía y lo que hacía. Sus principales retos fueron:
- Evolucionar de marca de estilo de vida a marca con propósito, sin traicionar sus orígenes aventureros.
- Resolver la disonancia entre su relato de naturaleza y su pertenencia al sector de la moda, altamente contaminante.
- Profesionalizar la organización sin diluir su cultura emprendedora.
- Prepararse para la expansión internacional, sin perder relevancia cultural ni autenticidad.
Las señales que demostraron que el modelo inicial ya no era suficiente
Antes del giro estratégico, la marca había logrado construir una comunidad de marca Blue Banana sólida gracias a su comunicación centrada en experiencias reales, viajes y estilo de vida. Su iconografía accidental (el nombre “Blue Banana” y la “X” tatuada de sus fundadores) se había convertido en símbolos de pertenencia para su público.
Sin embargo, el crecimiento exponencial trajo nuevos desafíos:
- Un relato inicial muy emocional pero poco articulado.
- Un modelo visual simple pero con ciertas limitaciones para escalar internacionalmente.
- Un modelo de negocio más complejo que exigía coherencia, escalabilidad y sofisticación operativa.
Así se reescribió la brújula de marca para proyectar coherencia y acción

La nueva estrategia se construyó sobre un marco de valores corporativos Blue Banana sólidos: Honestidad, Compromiso, Innovación, Respeto y Autenticidad. El propósito también evolucionó: de “inspirar aventuras” a “empoderar a las nuevas generaciones para hacer de su vida una aventura”, integrando la sostenibilidad como eje vertebrador.
Este reposicionamiento estratégico se vio reflejado en tres grandes ejes:
- Un propósito claro y globalmente relevante.
- Una narrativa más madura que articula valores y compromiso.
- Una voz de marca auténtica Blue Banana pero coherente con su tono juvenil y honesto.
De hablar como un amigo a hablar con conciencia: evolución del lenguaje de marca
En este punto, el rebranding estratégico pymes fue más evolutivo que rupturista:
- Nombre: No se modificó, pero se resignificó. Pasó de ser un nombre casual a convertirse en un contenedor simbólico abierto a múltiples interpretaciones (viaje, comunidad, sostenibilidad).
- Logotipo: La “X” sigue presente, con su carga emocional intacta, pero integrada en un sistema gráfico adaptable.
- Color y tipografía: Se introdujo una mayor sistematización para asegurar coherencia en entornos digitales, físicos y retail.
- Aplicaciones: El diseño de packaging, etiquetas y señalética evolucionó hacia materiales sostenibles y un estilo más limpio y versátil.
De Instagram a El Corte Inglés: la marca se comporta igual dondequiera que la mires
La evolución también alcanzó el lenguaje. Si al principio Blue Banana hablaba como un grupo de amigos de viaje, ahora lo hace como una comunidad consciente y global. El tono se mantuvo cercano y auténtico, pero ganó profundidad y responsabilidad.
Ejemplos:
- Transparencia radical en su producción (“no ocultamos que producimos en Asia, hablamos del ‘cómo’, no del ‘dónde’”).
- Campañas con foco en la acción climática y no solo en la estética (“ser marca carbon negative Blue Banana no es un eslogan, es una decisión”).
Activación silenciosa, colaboraciones estratégicas y mucho propósito hecho acción
El nuevo sistema de marca fue diseñado para ser omnicanal y coherente, tanto online como offline. Se implementó de forma escalonada en:
- Retail físico: más de 25 tiendas y córneres en El Corte Inglés.
- eCommerce internacional: con Shopify Plus como backend integrado con tienda física y logística (integración física y online).
- Redes sociales: TikTok, Instagram y YouTube se transformaron en plataformas de storytelling de marca pyme más sofisticados y orientados a conversión.
- Campañas de marketing: como “Banana Santa” o el proyecto “Pioneers”, alineadas con los nuevos valores y propósitos.
Del storytelling al storydoing: métricas que validan la evolución
La activación no fue un evento único, sino un proceso continuo. No hubo “gran anuncio” del rebranding porque el cambio no fue cosmético. Sin embargo, la renovación de identidad Blue Banana fue visible a través de:
- Colaboraciones de alto impacto, como la creación de un traje de neopreno reciclado con Volkswagen (eco‑branding Blue Banana).
- Narrativas de sostenibilidad, explicadas con transparencia técnica gracias a su partner Dcycle.
- Contratación de talento clave, como el puesto de Head of Marketing, para pilotar la nueva etapa de crecimiento (estrategia de branding pyme).
Lecciones para marcas que quieren crecer sin perder el alma

Los datos validan la estrategia:
- Facturación: de 7,4 M€ en 2021 a 19,3 M€ en 2023, con objetivo de 28 M€ en 2024.
- Rentabilidad constante desde el inicio (modelo autofinanciado).
- Canal físico = 43 % de ingresos, superando al eCommerce.
- ROAS en TikTok de 9,45x.
- Conversión +50 % en tienda online gracias a Shopify (posicionamiento estratégico de Blue Banana y crecimiento de marca).
Consultoría de marca pyme y aprendizaje aplicado han sido clave en la sostenibilidad y éxito del modelo Blue Banana.
Preguntas y respuestas (FAQs)
Los fundadores y propietarios son Nacho Rivera y Juan Fernández-Estrada, dos emprendedores madrileños nacidos en 1996.
La producción se reparte entre Europa y Asia, con foco en condiciones responsables y materiales sostenibles, como algodón orgánico y poliéster reciclado.
En 2023 facturaron 19,3 millones de euros y su objetivo para 2024 es alcanzar los 28 millones.
Sí, es una marca española fundada en Madrid, aunque opera internacionalmente y tiene presencia física en varios países.
El modelo Blue Banana aplicado a tu marca
El caso del rebranding de Blue Banana demuestra que el rebranding más potente no siempre implica cambiar el logotipo. Su éxito reside en haber sabido evolucionar sin perder el alma. En haber pasado de “contar aventuras” a ser parte activa en la construcción de un mundo mejor. No es una marca que cambia de cara, sino una que se atreve a crecer con coherencia.
Para quienes trabajan en branding, el mensaje es claro: no basta con tener propósito; hay que operativizarlo, medirlo, contarlo y diseñarlo desde dentro hacia fuera. Y Blue Banana lo está haciendo.
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